
El cambio climático afecta los patrones alimenticios, migratorios y reproductivos de todas las especies del planeta, en especial de aquellas que habitan las regiones polares.
El caso más evidente es el de la foca aspa. Este animal necesita del hielo para la crianza de sus polluelos, ya que éstos no aprenden a nadar hasta las dos semanas de nacidos. Al descongelarse los hielos por el cambio climático, las foquitas se hunden en la escarcha y mueren ahogadas o por hipotermia.
"Las focas nacen con un pelaje esponjoso y sin la grasa corporal necesaria para subsistir a las bajas temperaturas de las aguas polares. A las dos semanas, cambian el pelaje por otro más resistente y comienzan e insertarse en la vida marina. Si el hielo no es lo suficientemente sólido para el descanso durante su aprendizaje del nado, caen al agua y mueren ahogadas o por hipotermia".
En el año 2002 las autoridades canadienses reportaron que 75 por ciento de las focas aspa habían muerto por falta de hielo. Los pronósticos para este año prevén un incremento de esa cifra, ya que, según comentó de la Torre, este invierno ha sido más caluroso que el anterior.
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